Al parecer en esta época vivimos en una carrera contra el tiempo, pasan los días de la semana corriendo de tras de nuestros objetivos tanto económicos como emocionales y familiares, sin embargo es verdad que en este tiempo estamos cada vez más preocupados por lograr los objetivos económicos, una nueva casa, un auto más grande y moderno, unas vacaciones inolvidables, vivimos persiguiendo un sueño en lugar de vivirlo.
Las múltiples ocupaciones y responsabilidades se hacen cargo de ocupar el lugar y tiempo para disfrutar, compartir, jugar, conversar, reír. En la balanza de prioridades tiene mayor peo la necesidad de que nada material falte a los hijos, y en este afán se le quita valor a lo más importante que es la presencia, estar en el momento adecuado, para brindar lo que realmente es importante comprensión y amor.
Se ha mencionado constantemente la el valor de la calidad
contra la cantidad de tiempo, pero, ¿Realmente puede existir calidad en donde
no hay cantidad?, la calidad se obtiene con tiempo es difícil obtenerla de
inmediato, cada hijo es único y para descubrir lo que necesita es importante
conocerle y para conocerle es necesario dedicarle tiempo, no podemos
generalizar la calidad, no es un producto que pueda aplicarse de igual manera a
todos.
Es importante destacar que la presencia es importante,
sí, pero la presencia completa, no solo el cuerpo, sino de mente y corazón, la
presencia con real disposición de escucha
y atención.
Cuida, escucha, hazte presente, ama, finalmente el día que los hijos salgan
de casa lo más grande que podrán cargar en su equipaje, serán los recuerdos de
la convivencia, y presencia de sus padres en su vida, ni un solo objeto podrá ocupar ese lugar tan
valioso en su memoria y corazón.
MTB. Ana Margarita Esquivel Chavez
MTB. Ana Margarita Esquivel Chavez
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